Los síntomas de recesión (de contracción de la actividad económica) son manifiestos en la eurozona y, con la inflación bajando, el Banco Central Europeo (BCE) se ha quedado sin razones para seguir subiendo los tipos de interés oficiales, después de ejecutar el ciclo de austeridad monetaria más agresivo de su historia.
La institución que preside Christine Lagarde empezó a aumentar el precio del 'dinero' en julio de 2022 desde el 0%. Desde entonces, ha ordenado 10 incrementos consecutivos, en cada una de las reuniones que celebra su consejo de gobierno cada 6 semanas, hasta el 4,5%.