La banca niega que haya tenido beneficios extraordinarios, pero han cerrado los nueve primeros meses del año con más de 16.000 millones de euros, lo que supone un avance de casi el 33% respecto al año pasado. Y eso pese a que, aseguran, el impacto de la subida de tipos todavía no se ha trasladado por completo a sus resultados. Con esta cifra, los bancos afrontan en las próximas semanas tres asuntos en los que los grandes beneficios juegan, paradójicamente, como argumento en contra de sus intereses: la formalización del nuevo impuesto temporal para el sector, la presión por ayudar a los hipotecados frente a la subida de tipos y la creciente presión por el conflicto social que está aumentando en sus plantillas por la exigencia de los sindicatos de que renegocien salarios frente a la inflación.