En la ladera del pico Frentes, un espectacular pliegue de la corteza terrestre visible desde distintos lugares de Soria, se levanta desde la Edad Media un evocador complejo monástico. El conjunto de edificios —entre los que se cuenta una iglesia del siglo XII y una torre, envueltos por una especie de muralla— forma parte de una finca de 325 hectáreas por las que antiguamente discurría la vía romana. Terreno de monte, fincas de labor, un campo de nogales y hasta una cascada artificial decoran un paisaje bucólico que en 2021 fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León.
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