El último disco de Led Zeppelin fue el resultado de las borracheras de Bonham y del enganche a la heroína de Jimmy Page, virtuoso guitarrista que se castigaba el macarrón por lo fino. Si a esto se le suma que Robert Plant acababa de enterrar a su hijo, podemos afirmar que los demonios de la tragedia no pudieron volar hacia otro lado. Tenían las alas rotas. Por eso, el título del último disco de la banda fue tan acertado como premonitorio: In Through the Out Door; una consigna que bien traducida vendría a ser: A contracorriente.
El disco salió en el verano del 79.