A Aitana Sánchez-Gijón el arte y el compromiso le llegaron casi desde nacimiento. Con un año Rafael Alberti le compuso una nana en Roma, donde su padre había recaído huyendo de la dictadura. Con semejante comienzo estaba claro que algo iba a quedar. Lo que vino después fue la construcción de una de las carreras más sólidas y coherentes del cine español, pero también del teatro.
Fueron los escenarios los que siempre estuvieron ahí.
Leer más: Aitana Sánchez-Gijón: “Siempre he dicho lo que pienso, eso de ser apolítico no existe”