Cuando las cosas van bien para el sector bancario y la economía, la regulación y la supervisión tienen un escaso protagonismo. Sin embargo, este aumenta cuando llegan mal dadas para la banca y arrancan las dudas. Las entidades europeas se encuentran actualmente inmersas en sus periódicas pruebas de resistencia. Unas pruebas que ganan mayor relevancia por producirse en pleno terremoto financiero que en las últimas semanas ha golpeado a la banca de un lado y otro del Atlántico, que ha arrastrado consigo a varias entidades estadounidenses y una suiza.