"Me da vergüenza escribir sobre mi padre". En las primeras páginas, Eider Rodríguez confiesa ya lo que será el motor de una novela desnuda y sin disimulos, y lo hace con solo esas dos palabras: "vergüenza" y "padre". A partir de entonces, la claridad. Hace cinco años a su padre le dio un ictus y allí, en la enfermedad, comenzó una toma de conciencia a través de la escritura: este libro es en realidad un cuaderno de anotaciones "totalmente real" —aunque en juego con la ficción— que la escritora vasca comienza en 2018 y que cierra en plena pandemia dos años después.