El universo DC ha vivido en una crisis continua. Lo que debería haber sido la competencia directa de Marvel alternaba proyectos exitosos (Aquaman o Wonder Woman) con fracasos críticos que no conseguían rentabilizar sus abultados presupuestos (Batman V Superman y La liga de la justicia). Por si fuera poco, los fans se enfrentaron entre ellos por el despido de Zack Snyder, el encargado de formar un universo cinematográfico parecido al de Iron Man, Capitán América y compañía. Con el cambio de rumbo de Warner (dueños de las películas de DC), la opción fue clara, había que reiniciar todo desde cero.