Las Pinturas negras (1819 - 1823) de Francisco de Goya, que este año celebran su 200 aniversario, marcaron un antes y un después dentro del panorama artístico. El aquelarre, Hombres leyendo, Perro semihundido… Y así hasta 14 óleos que creó directamente sobre las paredes de la Quinta del Sordo, una finca cercana al río Manzanares de Madrid cuyo nombre, a pesar de aludir al anterior propietario, encajaba a la perfección con la dolencia de su nuevo dueño.
Con esta serie, el maestro zaragozano escapó de toda pauta académica para recrear a través de enérgicos brochazos aspectos como la locura, la vejez o la muerte.