
En los cementerios pasan muchas cosas aunque quienes ocupan sus tumbas no puedan moverse. Se hacen fiestas, se hacen regalos a muertos célebres o a los que se les atribuyen poderes, se exhuman cuerpos o se celebran rituales nocturnos. Casi todos los vivos tienen algún tipo de relación –rechazo, miedo, atracción– con estos lugares en los que los residentes ya no respiran. Un destino del que absolutamente nadie se va a librar.
La escritora y periodista argentina Mariana Enríquez ha viajado mucho por el mundo y en alguno de esos destinos se ha escapado para conocer sus camposantos.

















