La de Hong Kong siempre ha sido una sociedad materialista con gusto por el consumismo desmedido, pero eso parece haber cambiado con una ola de consumo concienciado en la que los ciudadanos que apoyan las protestas tratan de apoyar a los comercios que se suman a la causa y de evitar a los que no.
Los activistas del movimiento prodemocrático -que comenzó en junio contra un proyecto de ley de extradición ya retirado- están tratando de construir un "círculo económico amarillo", en referencia a los lazos amarillos, símbolo de apoyo a las protestas y opuesto al lazo azul, que portan los seguidores del Gobierno y de la Policía.
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