Hace poco más de un año, la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, más conocida como Sareb o banco malo, seleccionó a tres compañías controladas por gigantes de la inversión, Blackstone y KKR, para que gestionasen y vendiesen sus activos.
Desde entonces, la comercialización de sus inmuebles y préstamos impagados está en manos de Anticipa-Aliseda (Blackstone) e Hipoges (KKR), que podrán vender esos activos -valorados en más de 25.000 millones de euros- hasta el mismo día del teórico cierre de Sareb, según explican estas firmas de gestión inmobiliaria en sus últimas cuentas anuales.