Todo apunta a que el verano de 2023 va a repetir los problemas y retrasos en buena parte de los aeropuertos europeos, aunque España de momento se libra. "Nos preocupa bastante", ha reconocido Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que agrupa a las compañías del sector.
El responsable de la patronal de las aerolíneas asume que, de entrada, no sería un año "tan catastrófico" como en 2022, cuando los retrasos en aeródromos de Países Bajos o Alemania fueron constantes.