Durante los últimos años está calando entre las autoridades, los reguladores y los supervisores del sector financiero que tan importante es conocer qué empresas son las que más contaminan como tener el detalle de qué entidades son las que las financian. La pasada semana, la petrolera holandesa Royal Dutch Shell fue condenada en Países Bajos a reducir la mitad sus emisiones al considerarla responsable del cambio climático, en lo que fue considerado un veredicto histórico. Esta compañía, pese a la presión para reconducir su modelo, ha recibido 56.800 millones de dólares (unos 46.500 millones de euros) desde que se firmara el Acuerdo de París para reducir las emisiones contaminantes.