Un grupo de estudiantes universitarios, participantes en un estudio promovido por las Universidades de Harvard y Virginia (EEUU), reciben la consigna de permanecer solos, sentados delante de una mesa en la que únicamente hay un botón. Si no aguantan los 15 minutos que dura el experimento, pueden apretarlo y recibirán una descarga eléctrica -que ya conocen- muy desagradable.
El 67% de los hombres y el 25% de las mujeres eligieron aplicarse la descarga a pesar que previamente habían dicho que “pagarían” por evitar ese shock. Los autores de la investigación concluyen que ese porcentaje que prefiere el sufrimiento al aburrimiento elige administrarse una descarga eléctrica antes que quedarse solo con sus pensamientos.
Leer más: Por qué la presencia (física) seguirá siendo necesaria