Elena Trapé llevaba cinco años sin dirigir un largometraje desde que ganara la Biznaga de Oro con Las distancias, un retrato generacional inteligente y brillante. Desde entonces, ha trabajado en series como Hit, Élite o Rapa, pero no había vuelto a ponerse detrás de la cámara para el cine. Su regreso se ha producido con Els encantats una mirada delicada y nada ampulosa a la maternidad —con la que logró el premio al Mejor guion también en Málaga—, pero a una maternidad diferente. Podría ser la primera película sobre el tema en el que la hija solo sale en una escena, la inicial.