Los libros de Ernesto Castro son una rareza en sí mismos. El lector medio, estuviese más o menos avezado al ensayo, suele asumir automáticamente que la voz del autor de un libro de no ficción toma posiciones en cada palabra que escribe sobre los temas que trata. Que abordar un punto de vista es, en la mayoría de ocasiones, confundirse con él. Ser uno y trino.
No es tanto que Un palo al agua: ensayos de estética (Micromegas, 2016) o Realismo poscontinental: ontología y epistemología para el siglo XXI (Materia Oscura, 2020) sean textos equidistantes como que se muestran más interesados en analizar argumentos ajenos que en construir los propios.