Durante estos días de primavera que ha dado paso el invierno con sus mañana frías de escarcha y nieblas, los ajos han comenzado a arraigar en la dura tierra de Balazote. La primera siembra de la temporada ya crece en el interior de unos bancales que desde hace más de siete décadas se han convertido en el lecho del progreso de este pueblo de Albacete.
Balazote es ajo y viceversa. Así lo demuestra el constante trasiego de tractores y el olor tan característico que flota en el ambiente.
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