El cine español mira a lo rural, al pueblo. Se aleja de las ciudades, del asfalto y el tráfico. Hace años parecía impensable que tantas películas cuestionaran el modelo de vida de la sociedad moderna, pero de repente, en un mismo curso, se han juntado propuestas tan diferentes como Alcarràs, As bestas, El agua o incluso Cinco lobitos, cuya protagonista regresa al pueblo con sus padres. A esa lista se une ahora Suro, el debut en la dirección de Mikel Gurrea tras triunfar en el mundo del corto con trabajos como Heltzear.
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