
La joven de 26 años inventó una personalidad para robar las propiedades que los 'rojos' dejaron en su huida y durante dos años María Teresa Álvarez Herreros de Tejada se llevó pianos de cola, cubertería, porcelanas y 30 pinturas, entre los casi 400 bienes requisados a los represaliados por el franquismo. Lo hizo sin problemas porque era la marquesa de Arnuossa, título que se había creado y que le abrió las puertas del expolio de las piezas que se exponían como “arte recuperado” en la posguerra.
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